martes, 26 de noviembre de 2013

El inicio


Siempre me gustaron las frases “calor de hogar” y “no hay como estar en casa”. Esa sensación agradable al volver al propio hogar luego de un día ajetreado, lo hace inigualable, comparable a nada en el mundo.
La diferencia automática de temperatura con el exterior, quitarse los zapatos, el abrigo y dejar el peso de carteras, maletines, mochilas y bolsos son sensaciones únicas. El encontrarse con las cosas de uno luego de una larga jornada es invaluable. Uno llega y sabe que quizás tiene que hacer una que otra cosa, pero, siempre está ese tiempo para uno, por mínimo que sea, dedicado a nosotros mismos en nuestra cálida morada. Un mimo bien merecido puede ser leer en el rincón preferido, hablar con alguna persona especial en el sillón favorito, el café tan esperado en tu taza predilecta, la copa de vino antes o después de la cena, escuchar música en un lugar especial de la casa, escribir esa carta, mail, ensayo o bosquejo de nota de la cual te vino la idea o frase justo cuando estabas ocupado en otra cosa, se hacen posible al llegar a casa. Encontrarte con tus seres queridos (incluye cualquier ser vivo, mi gata Cloe por ejemplo), son sensaciones únicas generadas por las cosas que forman parte de nuestro hogar. Por todo eso, siempre me agradó  la idea de trabajar desde casa, rodeada de calidez para volcar esa misma calidez en mi obra y transmitirla en cada objeto capaz de realzar y revalorizar el ambiente de los hogares para recibirte con ese calor de hogar bien merecido, cada vez que llegás a tu casa.
Atelier en Pantuflas (calzado que amo en demasía por sobre cualquier otro) remite a eso: Arte y Deco Diseño de y para el hogar; y nace con la misión de transmitir calidez hogareña a tu lugar en el mundo.